¿Qué podemos entender por “Progresismo”?
El progresismo es una corriente política y social que entiende el progreso no solo como crecimiento económico, sino como mejora en las condiciones de vida, igualdad de oportunidades, bienestar colectivo y sostenibilidad.
Según la Encyclopædia Britannica (2024), el progresismo emergió a finales del siglo XIX y principios del XX como una reacción ante la industrialización acelerada, la urbanización y la concentración del poder económico. Su propósito era reformar el sistema económico y político para hacerlo más justo, participativo y equitativo.
En su sentido contemporáneo, el progresismo designa una filosofía política que busca el bien público mediante la intervención estatal, la promoción de derechos sociales y la protección de grupos marginados (Merriam-Webster, 2024). Esta corriente considera que el progreso debe medirse por el desarrollo humano y la justicia social, no únicamente por el crecimiento del PIB.
Reformismo y distancia frente a los extremos
Históricamente, el progresismo se ha caracterizado por proponer transformaciones graduales, sostenidas y basadas en consenso democrático. Su espíritu reformista no implica pasividad: reconoce que ciertos cambios estructurales —en la distribución del ingreso, el acceso a la educación o la sostenibilidad ambiental— requieren decisiones firmes y de largo plazo.
Sin embargo, el progresismo se diferencia claramente de los proyectos revolucionarios violentos o de los regímenes autoritarios, sean de derecha o de izquierda. Su apuesta es por una democracia avanzada, capaz de combinar estabilidad institucional con justicia social y adaptación constante de las políticas públicas (Levitsky & Ziblatt, 2018).
En este sentido, el progresismo defiende la idea de que los cambios más duraderos provienen de procesos de reforma participativa y negociación colectiva, no de la imposición unilateral de visiones o de rupturas violentas del orden político.
Diferencias con otras corrientes socioeconómicas
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Liberalismo clásico: privilegia la libertad individual, los mercados autorregulados y un Estado mínimo. El progresismo, en contraste, sostiene que el mercado por sí solo no corrige desigualdades ni garantiza bienestar social. Mientras el liberalismo enfatiza la libertad de (ausencia de interferencia), el progresismo enfatiza la libertad para (acceso efectivo a derechos y oportunidades).
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Socialismo tradicional: propone la planificación central o la propiedad colectiva de los medios de producción. El progresismo, en cambio, busca reformar y regular el capitalismo, sin sustituirlo completamente. De ahí la noción de economic progressivism, que promueve mercados regulados y una redistribución equitativa de los beneficios del crecimiento (Wikipedia, 2024).
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Conservadurismo económico: tiende a mantener el statu quo, la estabilidad institucional y la defensa de la propiedad privada. El progresismo, por el contrario, impulsa reformas activas para corregir fallos estructurales como la desigualdad, la exclusión o la degradación ambiental.
Núcleos comunes del pensamiento progresista
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Equidad y justicia social como criterios centrales de evaluación de las políticas públicas.
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Estado activo y democrático, orientado a la protección de bienes públicos y a la redistribución de oportunidades.
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Reconocimiento de derechos sociales y diversidad, con especial atención a minorías y sectores vulnerables.
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Sostenibilidad ecológica como dimensión inseparable del desarrollo, entendiendo que el progreso debe preservarse para futuras generaciones.
Este último punto ha sido ampliamente discutido en la literatura contemporánea sobre progreso humano y crítica al crecimiento ilimitado, donde se propone una visión de progreso más integral y planetaria (Costanza et al., 2018).
Reflexión final
El progresismo no es un eslogan ni una postura ideológica difusa, sino una propuesta de reorganización social y económica basada en la equidad, la sostenibilidad y la democracia participativa.
A diferencia de otras corrientes, plantea que los indicadores económicos deben estar al servicio del bienestar colectivo.
Se trata de una vía reformista pero transformadora, que cree en la posibilidad de avanzar hacia una sociedad más justa sin recurrir a la violencia ni sacrificar las libertades democráticas.
Para medios como Economía Progresista, comprender esta tradición es clave para desarrollar análisis rigurosos, pluralismo ideológico y un periodismo que contribuya al pensamiento crítico sobre el modelo económico contemporáneo.
Referencias bibliográficas
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Britannica, T. Editors of Encyclopaedia. (2024). Progressivism. Encyclopædia Britannica. https://www.britannica.com/topic/progressivism
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Costanza, R., Kubiszewski, I., Giovannini, E., Lovins, H., McGlade, J., Pickett, K. E., Ragnarsdóttir, K. V., Roberts, D., De Vogli, R., & Wilkinson, R. (2018). Development: Time to leave GDP behind. Nature, 505(7483), 283–285. https://doi.org/10.1038/505283a
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Levitsky, S., & Ziblatt, D. (2018). How democracies die. New York: Crown Publishing.
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Merriam-Webster. (2024). Progressivism. Merriam-Webster Dictionary. https://www.merriam-webster.com/dictionary/progressivism
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Wikipedia contributors. (2024). Economic progressivism. In Wikipedia, The Free Encyclopedia. https://en.wikipedia.org/wiki/Economic_progressivism
